Incluye referencias bibliográficas en pie de página.

I. Maniobras perversas y recursos espirituales. -- Frente ala hipocresía, escuchar las advertencias. -- Frente al complot, tomar conciencia. -- Frente a la manipulación, tomar la palabra. -- Frente al acoso, descubrir el ego divino. -- Frente a la mentira, la hora de la verdad. -- Frente a la confusión, la tarea de diferenciarse. -- Frente a la inversión de culpabilidades, atender al guardián interior. -- Frente a la acusación de locura, ponerse a distancia. -- Frente a la humillación, la fecundidad de la compasión. -- Frente al control abusivo, la fuerza personal para desligarse. -- II. Para profundizar. -- ¿ Por qué es tan radical la opción entre la verdad y la perversión de la verdad?. -- La renuncia a los celos ¿Puede ser facilitada por una decisión espiritual?. -- ¿En qué resulta decisiva la responsabilidad del entorno?. -- ¿Por qué tomar en serio al que divide, al destructor del vínculo?. -- ¿Cómo actuar ante la inconciencia de la víctima, de la persona perversa, del entorno?. -- ¿ Cómo enfrentarse a un sistema perverso?. -- ¿Es una fatalidad la trasmisión de la perversión narcisista?. -- ¿ Es posible seguir en la relación con una persona perversa con conocimiento de causa?. -- Queda tela por cortar.

De la pederastia al incesto, del acoso moral o sexual -en la empresa, en familia o en un grupo- a las relaciones mortíferas provocadas por «perversos narcisistas»: por todas partes la perversión es un peligro real susceptible de culpabilizar, humillar e incluso destruir a la persona.
Ciertamente, la psicología aporta herramientas de defensa, pero la espiritualidad también puede ayudar a salir de situaciones inextricables. Es lo que muestra Lytta Basset, basándose en una exégesis original de los relatos evangélicos, para responder a diez facetas de la perversión (Manipulación, acoso, humillación ...) Jesús, que no juzga a nadie, ofrece palabras y actitudes limpias para frustrar las trampas, para desactivar la violencia, que pueden ser fuentes de inspiración para todos, sean cuales sean nuestras creencias. Y que, por el contrario, nos revelan que todos somos tentados, un día u otro, de asentar nuestro poder sobre otra forma perversa.