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100 _aGonzalo Díez, Luis Alberto,
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245 1 3 _aEl fenómeno comunitario de la vida consagrada :
_bHacia un nuevo paradigma de reorganización /
_cLuis Alberto Gonzalo Díez ;
264 _aMadrid :
_bPerpetuo socorro,
_c2019.
300 _a479 páginas. ;
_c21 cm.
336 _btxt
337 _bn
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338 _bnc
_2rdacarrier
504 _aIncluye notas bibliográficas (páginas 431-472)
505 2 _aComunidad de vida consagrada en Europa: el fenómeno y sus aporías. -- Luces y sombras que inspiran la necesidad de un nuevo discernimiento sobre los procesos de reorganización. -- Hacia un nuevo paradigma de reorganización que tiene como centro la comunidad.
520 3 _aHabrá quien de estos primeros años del siglo XXI solo extraiga que la vida comunitaria está en un deterioro imparable. Efectivamente así es, si solo atendemos a las cifras estadísticas y a la media de edad. Para mí, sin embargo, estos primeros años del siglo XXI ofrecen una riqueza insospechada. Los procesos de reorganización, sin embargo, no han provocado los efectos soñados porque, a mi modo de ver, no han tenido suficientemente en cuenta tanto las realidades contextuales, como los cambios antropológicos y los procesos de socialización y relación en los cuales también se inscribe la comunidad consagrada. De ahí, que la situación de la vida consagrada esté pidiendo, desde mi visión, una urgente propuesta de reorganización desde un paradigma nuevo. ¿En qué consiste? ¿En qué se apoya? El nuevo paradigma de reorganización no es otra cosa que escuchar la realidad de la vida consagrada actual, sus personas y comunidades, y responder a la búsqueda honesta de verdad que en cada una de esas instancias aparecen para su vivir. Para ello es imprescindible el reconocimiento de un nuevo liderazgo experto en saber leer las emociones, sin juzgarlas; capaz de ser bisagra de encuentro de unas características personales y sociales que nos hablan de pluralidad y divergencia, pero no de división. Hay un camino de vuelta que es imperioso conquistar y es que cada persona recupere el valor de la palabra que un día regaló como respuesta al Señor de la vocación. No es hablar de un nuevo escenario, sino construirlo; no es reparar el antiguo paradigma, sino hacerlo nuevo: vaciar y desprender a la vida consagrada de artificios obsoletos e innecesarios, para escuchar, en comunidad, el nuevo clamor del Espíritu.
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