000 | 03854nam a2200361Ia 4500 | ||
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999 |
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001 | 15049 | ||
005 | 20210204064407.0 | ||
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040 |
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041 | _aspa | ||
100 | 1 |
_aSegundo, Juan Luis _eaut _962914 |
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245 | 0 | 3 |
_aEl dogma que libera. _bFe, revelación y magisterio dogmático _cJuan Luis Segundo |
264 | 1 |
_aSantander _bSal Terrae _c1989 |
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300 |
_a406 páginas _c21 cm |
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336 | _btxt | ||
337 |
_2rdamedia _bn |
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338 |
_2rdacarrier _bnc |
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490 |
_aColección Presencia Teológica _965420 _vNo.53 |
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505 | _aContenido: Un prólogo que no lo es.-- Dogma en el Antíguo Testamento?.-- El dogma en la iglesia cristiana | ||
520 | 1 | _aJuan Luis Segundo, mediante un recorrido por el Antiguo y el Nuevo Testamento y la historia de la Iglesia, estudia las relaciones entre la fe, la revelación y el magisterio dogmático, reivindicando que la revelación de Dios no está destinada a que el hombre sepa (lo que de otro modo sería imposible saber), sino a que el hombre sea de otra manera y actúe mejor. "¿Qué sucede si -como escribe Juan Luis Segundo- 'la verdad sólo es tal cuando se convierte en comunicación real'? Pues ocurren, al menos, estas tres cosas: a) Pretender sólo conservar intacto el depósito de la Revelación es una de las mejores maneras de ser infiel a él, de corromperlo y de traicionarlo. b) Pretender comunicar la revelación del Dios de Jesús sólo desde la autoridad extrínseca y desde la imposición exterior significa deformarla ya de entrada. c) Ambas tesis tienen múltiples e importantísimas consecuencias eclesiológicas que caben en esta frase, tantas veces repetida por papas y teólogos: la Iglesia existe sólo para el bien de los hombres y no para bien de sí misma. Y ese bien de los hombres no es ni un bien abstracto ni un maximalismo inalcanzable, sino el mayor bien posible en cada circunstancia, situación y persona concretas". Así se expresa J.I. González Faus en su "prólogo" a la presente obra de Juan Luis Segundo, donde el teólogo uruguayo, mediante un recorrido por el Antiguo y el Nuevo Testamento y la historia de la Iglesia, estudia las relaciones entre la fe, la revelación y el magisterio dogmático, reivindicando algo que quedó muy claro en el Vaticano II: que "la revelación de Dios no está destinada a que el hombre sepa (lo que de otro modo sería imposible saber), sino a que el hombre sea de otra manera y actúe mejor". Sólo así podrá ser verdad algo que, por más tópica que pueda parecer su formulación, resulta urgente recuperar: que el dogma sea para el hombre, y no el hombre para el dogma. González Faus llama también la atención sobre "el carácter llamativamente integrador de este libro, tan profundamente respetuoso de todo y de todos, aun de aquellos de quienes disiente. Porque todo y todos están mirados desde la óptica creyente, que cuenta con que también de ellos se habrá valido el Espíritu, incluso a pesar de ellos. De todo podrá sacar punta el Espíritu. Y por eso esta obra, que parece tan crítica (y que quizá se le atragante a quien no la entienda), resulta ser, paradójicamente, tan esperanzada. Y concluye con la esperanza, como podrá ver el lector al llegar al último capítulo". | |
082 | 0 | 4 |
_a230 C673 No.53 _222 _bC673 No.53 |
650 |
_aDogma Cristiano _971294 |
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650 | 0 |
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650 |
_aFe y Dogma Cristiano _971939 |
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650 |
_aFe y Revelación _968556 |
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650 |
_aIglesia cristiana _xDogma _938869 |
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650 |
_aMagisterio Dogmático _971940 |
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650 |
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650 | 0 |
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650 |
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942 |
_2ddc _h230 C673 No.53 _c1 _n0 |