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Francisco de Asís y la Iglesia Carlos Amigo Vallejo

Por: Idioma: Español Series Colección Francisco de Asís, Hoy ; No.2Editor: Madrid PPC 2007Descripción: 143 páginas 19 cm Tipo de medio:
Tipo de soporte:
ISBN:
  • 9788428818001
Tema(s): Clasificación CDD:
  • 22 262 A543
Contenidos parciales:
La iglesia: casa y madre.-- La iglesia y el anuncio del evangelio.-- En comunión con la Santa Iglesia.-- Servir a la Iglesia en pobreza.-- Testigos del amor a la iglesia.-- Alabar a Dios en su Iglesia.-- La Iglesia Franciscana
Resumen: De la mano de los escritos de Francisco de Asís, estas páginas constituyen un espléndido itinerario a través del cual descubriremos que la Iglesia de Francisco es la comunidad de hermanos llamados por Cristo que vive la palabra de Dios en comunión fraterna, sirviéndose mutuamente según el mandato nuevo, dando testimonio del Señor resucitado y celebrando, en el tiempo, la memoria del Señor hasta que él vuelva. La fraternidad se apoya y vive en la fuerza de su fe, en el Señor muerto y resucitado. Si la fe es profunda y viva, ello se debe a que la comunidad se mantiene fiel a la enseñanza de los apóstoles. Si cada día los creyentes se sienten más unidos, no es porque la convivencia haya eliminado contrastes, sino porque el Señor les ha dado la gracia de la comunión fraterna, de la coparticipación en la misma esperanza, de saber proyectar su caridad en una dimensión misionera. La comunidad ha recibido una fe y quiere dar razón y hacer partícipes a todos los hombres de su esperanza.
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Incluye siglas y abreviaturas (p.5) e índice

La iglesia: casa y madre.-- La iglesia y el anuncio del evangelio.-- En comunión con la Santa Iglesia.-- Servir a la Iglesia en pobreza.-- Testigos del amor a la iglesia.-- Alabar a Dios en su Iglesia.-- La Iglesia Franciscana

De la mano de los escritos de Francisco de Asís, estas páginas constituyen un espléndido itinerario a través del cual descubriremos que la Iglesia de Francisco es la comunidad de hermanos llamados por Cristo que vive la palabra de Dios en comunión fraterna, sirviéndose mutuamente según el mandato nuevo, dando testimonio del Señor resucitado y celebrando, en el tiempo, la memoria del Señor hasta que él vuelva. La fraternidad se apoya y vive en la fuerza de su fe, en el Señor muerto y resucitado. Si la fe es profunda y viva, ello se debe a que la comunidad se mantiene fiel a la enseñanza de los apóstoles. Si cada día los creyentes se sienten más unidos, no es porque la convivencia haya eliminado contrastes, sino porque el Señor les ha dado la gracia de la comunión fraterna, de la coparticipación en la misma esperanza, de saber proyectar su caridad en una dimensión misionera. La comunidad ha recibido una fe y quiere dar razón y hacer partícipes a todos los hombres de su esperanza.

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