Ilustraciones. -- El "hay" como punto de partida. -- El rostro, sede de la alteridad. -- La idea de infinito en el rostro del otro. -- La responsabilidad ética hacia el otro. -- Dios, el eros y lo femenino: las aperturas hacia el enigma.

Lévinas es reconocido como el filósofo de la ética por su prioritaria atención hacia los demás. Esta preocupación hacia el otro se expresa en la noción de «rostro», concebido no como la dimensión física visible del hombre, sino como una llamada a que el sujeto se responsabilice con sus semejantes hasta el punto de renunciar a sí mismo. En el marco del universo social contemporáneo, donde la relación con las demás personas se realiza cada vez con mayor intensidad a través de pantallas e instrumentos tecnológicos, la ética humanista de Lévinas nos interpela sobre la necesidad de unas nuevas relaciones humanas y una nueva comprensión de la realidad.