Estas crónicas tienen como telón de fondo la ciudad, pero no la que pertenece a los millones de incautos que nos apiñamos en sus calles frenéticas y polucionadas. En las grandes urbes, sin excepción, a pocas cuadras de lo cotidiano existe un territorio clandestino, inmaginable, donde a diario suceden hechos que perturbarían al más frio de los mortales, y pobre de aquel que involuntariamente traspasa su invisible umbral, no son muchos los que han conseguido descifrar semejante laberinto y salir de allí indemnes. de esas calles, que transitamos sin prevenciones, el periodista Alirio Bustos ha conseguido arrebatar las historias que componen este libro, cuyas páginas se asoman sin pudor a ese lugar secreto que, ya lo dirán los lectores, resulta tan amenazador y grotesco.