Dios nació mujer. La invención del concepto de Dios y la sumisión de la mujer: dos historias paralelas Pepe Rodríguez
Idioma: Español Series Colección Punto de Lectura ; No.34Editor: España B.S.A. 2000Descripción: 380 páginas 17 cm Tipo de medio:- 9788495501691
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Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Copia número | Estado | Código de barras | |
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Seminario Conciliar General | 211 R627 (Navegar estantería(Abre debajo)) | Ej.1 | Disponible | 91010725 |
Incluye Bibliografía (p.371-380) e Índice
La fascinante aventura de investigar las huellas de la creación del concepto de Dios.-- Parte I: De las razones que llevaron a los humanos a crear dioses a su imagen y semejanza.-- Parte II: El predominio de la femenino: la mujer, base para la supervivencia de las comunidades prehistóricas, en un tiempo que no tuvo más "Dios" que la Diosa.-- Parte III: El predominio de lo masculino: De cuando el varón relegó a la mujer y el Dios usurpó el lugar de la Diosa.-- Cuadros sinópticos.-- Mapas.
La mujer y el concepto de Dios han sido fundamentales para el progreso de la sociedad humana, pero la historia de ambos difiere mucho de lo que nos han contado.
Los conocimientos arqueológicos, históricos y etnográficos actuales indican que la mujer prehistórica no estuvo sometida al varón sino que, por el contrario, las comunidades de nuestros antepasados dependieron de su triple función como procreadora, organizadora y productora. Desde que comenzamos a evolucionar como homínidos hasta el inicio de la era agrícola, el desarrollo de las estructuras psicosociales y adelantos técnicos que posibilitaron la civilización fue obra de mujeres.
¿Y qué decir de Dios? Hace unos 30.000 años aún no existía, pero su concepto tomó vida y forma al tiempo que los humanos desarrollamos el pensamiento lógico-verbal; de hecho, bajo el proceso de maduración del uso del lenguaje en los niños puede verse todavía el sustrato básico del concepto de Dios. En cualquier caso, las pruebas arqueológicas muestran que el primer «Dios» generador/controlador fue concebido y reconocido como mujer durante más de 20.000 años y que no hubo más divinidad que la Gran Diosa hasta que, entre el VI y III milenios a.C., por necesidades socioeconómicas, apareció el concepto de Dios varón. La agricultura excedentaria provocó la derrota de la mujer y de la Diosa a manos del varón y del Dios; y la sumisión se impuso así en la tierra como en el cielo.
La documentada investigación que se plasma en este libro aporta respuestas coherentes a preguntas trascendentes y hará ver de otro modo a la mujer, al hombre y a Dios.
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