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Miguel Ángel 1475 - 1564 Gilles Néret; traducción Carlos Caramés

Por: Colaborador(es): Idioma: Español Lenguaje original: Alemán Series Serie Básica de ArteEditor: Barcelona Taschen 2006Descripción: 96 páginas 23 cmTipo de contenido:
Tipo de medio:
Tipo de soporte:
ISBN:
  • 9783822858257
Tema(s): Clasificación CDD:
  • 22 709.2 S11 MIGU
Contenidos:
Un tallista de la piedra 1475 - 1505.-- El Papa y el artista 1505 - 1513.-- Los sueños de un titán 1513 - 1534.-- El fuego del amor 1535 - 1547.-- La gloria de Dios 1547 - 1564.-- Cronología
Resumen: Durante el Renacimiento, los grandes homosexuales, desde Leonardo da Vinci y Botticelli a Miguel Ángel y Rafael, transformaron la historia del arte, alcanzando la imitación más cercana a la naturaleza mientras la alteraban a su gusto. De su arte nacieron seres ambiguos, mitad hombre, mitad mujer; senos femeninos colocados en bustos masculinos y la mirada de un hombre joven asomándose entre los párpados de una Madona. Desde su más temprana juventud, Miguel Ángel nunca dejó de sufrir y, de ese modo, de crear. Intentó reconciliar las fuerzas aparentemente inconciliables que habitaban en él: las pasiones terrenales y el temor de Dios. De ahí el edificio consagrado por igual a la belleza, a lo celestial y lo infernal, que Miguel Ángel erigió para la gloria de Dios. No tiene equivalente ni sucesor. Sus antecesores aspiraron al cielo por la fe en sí misma; Miguel Ángel trató de elevarse por medio de la exaltación contemplativa de la belleza. Sus pasiones encontraron su expresión en el cuerpo humano tal y como emergió de la mano del Creador. Y lo hicieron incluso en el techo de una capilla papal: la Sixtina. Esto lo expuso al escarnio de los críticos mojigatos, que le acusaron de exhibir el paganismo en un lugar de culto y vistieron a sus poco modestos Titanes con calzones pintados. Fue la maldición de Miguel Ángel ser un coloso al margen de su tiempo. Es el derecho del cometa a inspirar miedo y sobrecoger al espectador. El espectáculo de semejante gloria puede abrasar las miradas sensibles.
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Libro Libro Seminario Conciliar General 709.2 S11 MIGU (Navegar estantería(Abre debajo)) Ej.1 Disponible 91010568

Un tallista de la piedra 1475 - 1505.-- El Papa y el artista 1505 - 1513.-- Los sueños de un titán 1513 - 1534.-- El fuego del amor 1535 - 1547.-- La gloria de Dios 1547 - 1564.-- Cronología

Durante el Renacimiento, los grandes homosexuales, desde Leonardo da Vinci y Botticelli a Miguel Ángel y Rafael, transformaron la historia del arte, alcanzando la imitación más cercana a la naturaleza mientras la alteraban a su gusto. De su arte nacieron seres ambiguos, mitad hombre, mitad mujer; senos femeninos colocados en bustos masculinos y la mirada de un hombre joven asomándose entre los párpados de una Madona. Desde su más temprana juventud, Miguel Ángel nunca dejó de sufrir y, de ese modo, de crear. Intentó reconciliar las fuerzas aparentemente inconciliables que habitaban en él: las pasiones terrenales y el temor de Dios. De ahí el edificio consagrado por igual a la belleza, a lo celestial y lo infernal, que Miguel Ángel erigió para la gloria de Dios. No tiene equivalente ni sucesor. Sus antecesores aspiraron al cielo por la fe en sí misma; Miguel Ángel trató de elevarse por medio de la exaltación contemplativa de la belleza. Sus pasiones encontraron su expresión en el cuerpo humano tal y como emergió de la mano del Creador. Y lo hicieron incluso en el techo de una capilla papal: la Sixtina. Esto lo expuso al escarnio de los críticos mojigatos, que le acusaron de exhibir el paganismo en un lugar de culto y vistieron a sus poco modestos Titanes con calzones pintados. Fue la maldición de Miguel Ángel ser un coloso al margen de su tiempo. Es el derecho del cometa a inspirar miedo y sobrecoger al espectador. El espectáculo de semejante gloria puede abrasar las miradas sensibles.

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