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Jesucristo falta a clase. Notas de teología de la educación José Luis Corzo

Por: Idioma: Español Series Colección EducarEditor: Madrid PPC 2008Descripción: 174 páginas 21 cm Tipo de medio:
Tipo de soporte:
ISBN:
  • 9788428820943
Tema(s): Clasificación CDD:
  • 22 268 C677 CORJ
Contenidos:
La escuela es un arma. Posturas cristianas.-- Experiencia personal en una escuela diferente.-- Una educación que nos dé vida.-- Es indispensable analizar el contexto socio-económico.-- Los cristianos en la escuela del sistema actual.-- Cómplices de los pobres.-- Como era en un principio.-- Atender a la educación y a la fe.-- Entre la manipulación y la esperanza.-- Acariciar las cosas por si debajo hay símbolos.-- Dos procesos en la misma persona.-- Educación y fe en diálogo.-- La pastoral juvenil se aleja de la escuela y de la educación "a la fe".-- La escuela, como un octavo sacramento.-- La clase de religión como servicio a todos.-- El debate crónico peor curado.-- El hecho religioso en el sistema educativo español.-- Se pelean por el niño, pero no es suyo.-- La argumentación católica sobre la clase de religión.-- Hay que atreverse a saber de religión.-- Otra perspectiva católica
Resumen: El título de este libro quiere decir tres cosas: la primera, que Jesucristo debe ser un personaje de la escuela española y no lo es. La segunda es que «resulta inaceptable que en el año 2000 haya todavía más de 113 millones de niños sin acceso a la enseñanza primaria y 880 millones de adultos analfabetos» (Foro Mundial sobre la Educación, Dakar, Senegal, 26-28 de abril de 2000). Pues bien, así dice el evangelio de san Mateo 25,45: «Os lo aseguro: cada vez que dejasteis de hacerlo con uno de esos más humildes, dejasteis de hacerlo conmigo». Y la tercera es que muchas religiosas y religiosos, ¡y laicos! ?mediante sus escuelas católicas?, han llevado a Jesucristo y su Evangelio «por todo el mundo» (Mc 16,15). Le oyeron decir un día «sígueme» (Mt 9,9) y consagraron sus vidas a la escuela católica. Pero seguirle no es fácil, y Jesucristo mismo advirtió de la dificultad de distinguirle en los ignorantes, hambrientos, sedientos, pobres, encarcelados, inmigrantes (Mt 25,31ss), y no donde falsos profetas le señalan una y otra vez y no está (Lc 17,20-23). Así que le ponemos falta donde no hay escuela o no es de las nuestras, y sin embargo puede que él asista puntualmente a donde están sus hermanos más humildes y hasta puede que se aleje de nuestras clases. Afortunadamente, el Espíritu del Señor llena la tierra; percibir esa otra presencia suya ?no institucional, gratuita, llena de gracia? nos es muy urgente. La teología de la educación, como teología pastoral, no pretende investigar en el depósito de la Tradición cristiana ?ni siquiera en la Escritura? los ideales y proyectos de la revelación divina sobre la familia, la sociedad, el trabajo, la educación, la escuela, etc., para luego realizarlos en la vida. Más bien procede a la inversa: desde la realidad actual concreta busca comprender el soplo del Espíritu, el aliento divino que tampoco hoy cesa de animar la salvación del género humano. Es decir, la teología pastoral (y con ella la teología de la educación
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Libro Libro Seminario Conciliar General 268 C677 CORJ (Navegar estantería(Abre debajo)) Ej.1 Disponible 91010158

Incluye índice onomástica (p.167-170) e índice general

La escuela es un arma. Posturas cristianas.-- Experiencia personal en una escuela diferente.-- Una educación que nos dé vida.-- Es indispensable analizar el contexto socio-económico.-- Los cristianos en la escuela del sistema actual.-- Cómplices de los pobres.-- Como era en un principio.-- Atender a la educación y a la fe.-- Entre la manipulación y la esperanza.-- Acariciar las cosas por si debajo hay símbolos.-- Dos procesos en la misma persona.-- Educación y fe en diálogo.-- La pastoral juvenil se aleja de la escuela y de la educación "a la fe".-- La escuela, como un octavo sacramento.-- La clase de religión como servicio a todos.-- El debate crónico peor curado.-- El hecho religioso en el sistema educativo español.-- Se pelean por el niño, pero no es suyo.-- La argumentación católica sobre la clase de religión.-- Hay que atreverse a saber de religión.-- Otra perspectiva católica

El título de este libro quiere decir tres cosas: la primera, que Jesucristo debe ser un personaje de la escuela española y no lo es. La segunda es que «resulta inaceptable que en el año 2000 haya todavía más de 113 millones de niños sin acceso a la enseñanza primaria y 880 millones de adultos analfabetos» (Foro Mundial sobre la Educación, Dakar, Senegal, 26-28 de abril de 2000). Pues bien, así dice el evangelio de san Mateo 25,45: «Os lo aseguro: cada vez que dejasteis de hacerlo con uno de esos más humildes, dejasteis de hacerlo conmigo». Y la tercera es que muchas religiosas y religiosos, ¡y laicos! ?mediante sus escuelas católicas?, han llevado a Jesucristo y su Evangelio «por todo el mundo» (Mc 16,15). Le oyeron decir un día «sígueme» (Mt 9,9) y consagraron sus vidas a la escuela católica. Pero seguirle no es fácil, y Jesucristo mismo advirtió de la dificultad de distinguirle en los ignorantes, hambrientos, sedientos, pobres, encarcelados, inmigrantes (Mt 25,31ss), y no donde falsos profetas le señalan una y otra vez y no está (Lc 17,20-23). Así que le ponemos falta donde no hay escuela o no es de las nuestras, y sin embargo puede que él asista puntualmente a donde están sus hermanos más humildes y hasta puede que se aleje de nuestras clases. Afortunadamente, el Espíritu del Señor llena la tierra; percibir esa otra presencia suya ?no institucional, gratuita, llena de gracia? nos es muy urgente.
La teología de la educación, como teología pastoral, no pretende investigar en el depósito de la Tradición cristiana ?ni siquiera en la Escritura? los ideales y proyectos de la revelación divina sobre la familia, la sociedad, el trabajo, la educación, la escuela, etc., para luego realizarlos en la vida. Más bien procede a la inversa: desde la realidad actual concreta busca comprender el soplo del Espíritu, el aliento divino que tampoco hoy cesa de animar la salvación del género humano. Es decir, la teología pastoral (y con ella la teología de la educación

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