Violencia y monoteísmo Jan Assmann; introducción Lluis Duch; traducción Mayka Lahoz
Idioma: Español Lenguaje original: Francés Series Colección Fragmentos ; No.28Editor: Barcelona Fragmenta 2014Descripción: 123 páginas 21 cmTipo de contenido:- 9788415518075
- 22 211.34 A775
Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Copia número | Estado | Código de barras | |
---|---|---|---|---|---|---|
![]() |
Seminario Conciliar General | 211.34 A775 (Navegar estantería(Abre debajo)) | Ej.1 | Disponible | 91010092 |
Navegando Seminario Conciliar estanterías, Ubicación en estantería: General Cerrar el navegador de estanterías (Oculta el navegador de estanterías)
211.3 L365 Razones para Creer | 211.3 M853 El Misterio de Dios | 211.3 M853 El Misterio de Dios | 211.34 A775 Violencia y monoteísmo | 211.4 Z147 Dios no puede morir | 211.5 A35 Los Movimientos Teológicos Secularizantes; cuestiones actuales de metodología | 211.5 A762 Il Modo Secolare e la Morale. Gaudium et Spes. La Morte de Dio Citta Secolare Liturgia Autorita |
Crítica de la violencia religiosa.-- La semántica de la ruptura.-- Traumatismo y represión. El diagnóstico Freudiano del monoteísmo.-- Allí donde había dioses debe advenir Dios. Génesis de la violencia iconoclasta.-- Ley y violencia.-- El lenguaje de la violencia y su origen político.-- Del lenguaje al ejercicio de la violencia. La escritura cumplida.-- Revelación y violencia
Jan Assmann se pregunta en esta obra hasta qué punto el monoteísmo ha sido el principal instigador de innumerables situaciones de violencia y persecución del «otro religioso» que secularmente han asolado la convivencia y la buena vecindad de las poblaciones europeas. El presunto retorno de la religión no ha conducido a más pacificación, sino que ha supuesto un incremento terrible de violencia y de conflicto en la Tierra. La religión se ha convertido en el combustible más eficaz de la violencia política: en lugar de educar a las masas con vistas a la paz, las galvaniza, las arrastra a manifestaciones y a veces a actos de violencia, e incluso incita a algunos individuos a cometer actos terroristas.
Los tiempos en que se podía interpretar la religión como el opio del pueblo han terminado. Hoy, la religión se presenta más bien como la dinamita del pueblo. Tanto en Oriente como en Occidente, grupos opuestos recurren a la religión cuando se trata de forjar imágenes de enemigos y de movilizar a las masas. En lugar de convertirse en la servidora de la política, la religión ganaría si se aprehendiera como un contrapoder frente a la política. Su fuerza debería apoyarse precisamente en el abandono de la violencia.
Título Original en Francés: Violence et Monoteísme
No hay comentarios en este titulo.