Abisag o el amor del rey.-- Adá y Silá o la palabra enmudecida.-- Ananías o las diferentes posibilidades de un encuentro.-- Antipas o la gloria de la piedrecita blanca y el nombre nuevo.-- Arauná o el lugar elegido como morada de Dios.-- Balaán o los ojos penetrantes del vidente.-- Boaz o la fortaleza del designio divino.-- La burra de Balaán o la fabulosa mediación divina.-- Diótrefes o la difícil vida de la comundiad.-- Ebed-mélek o la confianza en el Dios de la vida.-- Efrón o la llave de la tierra.-- Febe o el servicio al Evangelio.-- Festo o el mundo visto con ojos romanos.-- El jazán de la sinagoga de Nazaret o al dinámica de la encarnación.-- El joven que huye desnudo o el nacimiento a la vida nueva.-- Julio o el combate por la mejor causa.-- Melquisedec o la ofrenda y la bendición.-- Meribaal o la ocasión para la benevolencia.-- La mujer siro-fenicia o la posibilidad de recapacitar.-- Nabal y Abigail o la estupidez y la astucia.-- Recab o la recompensa por la fidelidad.-- Rosa o la diligencia para abrir la puerta.-- Séfora o la ayuda indispensable.-- Selofejad o la voz de las mujeres.-- Sifrá y Puá o las comadronas de la vida.-- Simón ben Onías o el culto y el amor.-- Sobná o el custodio de las llaves del reino.-- Tabeel o la bondad de Dios.-- La viuda del Templo o la donación de la vida.-- Zorobabel o la piedra angular del Templo

Los actores y actrices «secundarios» o de reparto no son los protagonistas de las películas, pero resultan imprescindibles para la historia que se cuenta en ellas. En el terreno de la fe no hay «personaje secundario» ni menor: para Dios, todos somos protagonistas, y nuestras historias, aunque nos parezcan «mínimas», son en todo caso únicas. La galería de personajes que aquí se presentan solo pretende ser una invitación a adentrarnos por las páginas de la Biblia y descubrir algunos de esos otros personajes menores que quizá nos ayuden a alumbrar caminos nuevos de encuentro con Dios.