El niño Dios : Meditaciones sobre la infancia de Jesús /
Orbe, Antonio
El niño Dios : Meditaciones sobre la infancia de Jesús / Antonio Orbe ; - 226 páginas. ; 21 cm.
Nacido antes del sol. -- En el silencio de la media noche. -- La gloria de la mañana. -- Parto sin dolor. -- Revelación de gracia. -- Nace el primogénito. -- Un Niño nos ha nacido. -- Los pastores de Belén. -- El ángel del Señor. -- Os traigo una nueva. -- Os nació un Salvador. -- Gloria a Dios en las alturas.
"El director de la serie "Spiritualia" que generosamente editó mis Vísperas de Ascensión. Meditaciones sobre la vida gloriosa de Jesús, se me ofreció a publicar un tomito análogo de meditaciones sobre la Infancia de Jesús. La propuesta resultaba halagadora. Emprendí la redacción del nuevo libro como juego de espíritu. ¿Hay cosa más dulce que volver y revolver sobre el Niño Dios? ¿0 apurar expresiones evangélicas?
Como en otras ocasiones no me inspiro en los exegetas. No soy exegeta ni quiero serlo en la línea de muchos de hoy. Dejo correr la pluma libremente, a merced del texto sagrado. Podía haber utilizado los llamados "Evangelios de Infancia". Los excluyo. Inspiran poca devoción. Prefiero la concisión de nuestros evangelistas. Muchas de las ideas que en mí despiertan serán subjetivas, y no moverán a devoción a todos. En general, suelo ir acompañado de grandes autores (san Ireneo, san Agustín, san Juan de Ávila, Sta. Teresa) e invocarlos con frecuencia. Renuncie esta vez a ellos por dos razones. Primera, porque tales autores son poco explícitos para la Infancia de Jesús, y no dan lugar a citaciones. Segunda -y es la razón potísima-porque lectores míos asiduos me acusan de que por aducir a otros interrumpo y abrevio mis ideas. Preferirían ellos que dejase de citar, y siguiese la propia línea de inspiración. "Ud. no será -dicen- san Agustín; pero nos interesa el desarrollo de lo que Ud. apunta, más que la cita de san Agustín''. De hecho no renuncié enteramente a las citas. Algunas he conservado, con relativa parsimonia.
El método seguido en las meditaciones, fundamentalmente es el mío habitual. No satisface a exegetas ni a no exegetas. Tiene solo la ventaja de abrirse espontáneamente a la inspirada letra del Evangelio. Hace calas en los sentidos que a uno se le ofrecen. A todos habla la Escritura. Pues la presento en formas de pura devoción, recíbela, lector amigo, como lenguaje del Espíritu".
848761311X
248.2
El niño Dios : Meditaciones sobre la infancia de Jesús / Antonio Orbe ; - 226 páginas. ; 21 cm.
Nacido antes del sol. -- En el silencio de la media noche. -- La gloria de la mañana. -- Parto sin dolor. -- Revelación de gracia. -- Nace el primogénito. -- Un Niño nos ha nacido. -- Los pastores de Belén. -- El ángel del Señor. -- Os traigo una nueva. -- Os nació un Salvador. -- Gloria a Dios en las alturas.
"El director de la serie "Spiritualia" que generosamente editó mis Vísperas de Ascensión. Meditaciones sobre la vida gloriosa de Jesús, se me ofreció a publicar un tomito análogo de meditaciones sobre la Infancia de Jesús. La propuesta resultaba halagadora. Emprendí la redacción del nuevo libro como juego de espíritu. ¿Hay cosa más dulce que volver y revolver sobre el Niño Dios? ¿0 apurar expresiones evangélicas?
Como en otras ocasiones no me inspiro en los exegetas. No soy exegeta ni quiero serlo en la línea de muchos de hoy. Dejo correr la pluma libremente, a merced del texto sagrado. Podía haber utilizado los llamados "Evangelios de Infancia". Los excluyo. Inspiran poca devoción. Prefiero la concisión de nuestros evangelistas. Muchas de las ideas que en mí despiertan serán subjetivas, y no moverán a devoción a todos. En general, suelo ir acompañado de grandes autores (san Ireneo, san Agustín, san Juan de Ávila, Sta. Teresa) e invocarlos con frecuencia. Renuncie esta vez a ellos por dos razones. Primera, porque tales autores son poco explícitos para la Infancia de Jesús, y no dan lugar a citaciones. Segunda -y es la razón potísima-porque lectores míos asiduos me acusan de que por aducir a otros interrumpo y abrevio mis ideas. Preferirían ellos que dejase de citar, y siguiese la propia línea de inspiración. "Ud. no será -dicen- san Agustín; pero nos interesa el desarrollo de lo que Ud. apunta, más que la cita de san Agustín''. De hecho no renuncié enteramente a las citas. Algunas he conservado, con relativa parsimonia.
El método seguido en las meditaciones, fundamentalmente es el mío habitual. No satisface a exegetas ni a no exegetas. Tiene solo la ventaja de abrirse espontáneamente a la inspirada letra del Evangelio. Hace calas en los sentidos que a uno se le ofrecen. A todos habla la Escritura. Pues la presento en formas de pura devoción, recíbela, lector amigo, como lenguaje del Espíritu".
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